31 de diciembre de 2010

Perversiones - Ana Vega "Diario La Nueva España"



ABISMO TAPADOS POR EL PUDOR
Relatos breves e ilustraciones sobre parafilias


Reseña de: Ana Vega
Es difícil encontrar en el mercado editorial apuestas arriesgadas, no sólo en cuanto a temática, autor, selección de textos o incluso género o presentación de la obra en cuestión, obras como ésta que se atreven a indagar en los abismos de la carne y el sexo, en esas zonas oscuras que el ser humano esconde con pudor y a veces con violencia. Apuesta doblemente arriesgada tanto en la temática elegida como en su formato: relatos breves e ilustración. Sorprende por tanto descubrir un pequeño libro como éste, del todo diferente, políticamente incorrecto, salvaje en ocasiones, donde no existe pudor alguno en la manera de contar y en la historia que se cuenta. “Setenta escritores e ilustradores de diverso sexo, edad y condición – entre ellos Angel Olgoso, Raulo Caceres, Andres Neuman, Pablo Gallo, Oscar Esquivias, Raul Brasca- han imaginado, fingido o dado alas a un variopinto catálogo de perversiones”. Autores conocidos como Vicente Muñoz Álvarez, David González, José Angel Barrueco o Andrés Neuman. Si bien el relato breve sigue sin alcanzar la gloria y ventas de otros géneros como la novela o incluso el ensayo o la poesía es justo reivindicar la dificultad que entraña enfrentarse a la escritura de esta criatura tan extremadamente compleja y frágil de la literatura: el relato. Unidos por tanto erotismo, sexo, palabra e imagen con cierta contundencia a veces, de manera sugerente otras. Ilustraciones que nos empujan a adentrarnos en ese universo creado por cada uno de los escritores que forman parte de esta peculiar odisea.
La colección Vagamundos demuestra de nuevo su gusto por los libros, por el cuidado de la edición. Podría hablarse de una pequeña obra de arte de bolsillo por así decirlo, algo cercano (que roza la estética del cómic en algunas ilustraciones, otras de una sutileza de rasgos breves, finos, tan sólo sugerencia, evocación). Al final del libro encontramos un glosario de parafilias a modo de índice de alguno de los elementos que nos han sorprendido, impactado e incluso escandalizado anteriormente: agorafilia, amomaxia, anisonogamia… Algunas que bien podrían haber sido inventadas por mentes extraordinarias como la de Cortázar en cuyos cuentos no nos extrañaría encontrar algún enfermo de grafotanatomanía (“placer derivado de la firma compulsiva de sentencias de muerte”) o anortografía (“excitación al ver faltas de ortografía”).
Relatos extremadamente sexuales, explícitos, hirientes pero también dulces, plagados de sensualidad, musicales como el de Ana Ayuso Verde, que nos ofrecen una nueva visión de la realidad cotidiana como el de Francisco Naranjo, extremadamente realistas, sinceros, con una naturalidad que nos alcanza por la veracidad que logra transmitir como el de David González, de una belleza suave como un susurro, un relato a modo de lienzo en el caso de Nacho Cagiga o con voz lúcida y brillante con la personal ironía de Andres Neuman.
Perversiones es un libro directo, agudo, árido, de lectura no apta para ciertas sensibilidades, no hay máscara posible aquí ni escondite alguno, la crudeza de la carne se ofrece tal cual. Los hombres y mujeres que pueblan estos relatos ya no temen nada ni a nadie, algo difícil aún para nosotros, espectadores atentos pero incapaces de asumir algunas de las aberraciones que van unidas a la condición humana. Andrés Portillo inicia la partida con un su relato Feroz: “Fue una noche de gargantas profundas, de lenguas golosas y dentelladas. Desde entonces, si Caperucita tiene hambre, se adentra en el bosque ansiosa de lobo”. Esta es sin duda, la versión definitiva del cuento.


Publicado en el diario La Nueva España el 23 de diciembre de 2010

30 de diciembre de 2010

Encantos (III) - Blog de Carlos Ollero

http://carlosollero.blogspot.com/2010/12/encanto-y-desencanto-de-un-hombre-sin.html

Es la primera novela de Andrés, ya había leído sus cuentos en "Nieve en la Habana" y muchos miércoles había oído, leidos por él mismo infinidad de relatos, micros, etc. en el taller que compartimos en el Centro de Poesía José Hierro, pero esta es su primera novela, como ya he dicho, y es un placer leerla, porque sin querer parece que es la voz de Andrés la que nos la va contando, la que desgrana la trama, con sus inflexiones y con sus pausas.Además es un placer porque es una historia pequeña de personas pequeñas que se convierte en algo grande cuando cierras el libro tras la última página y piensas: ha merecido la pena.

Me alegro por Andrés y me alegro por mí, porque como he dicho merece la pena escucharla, perdón leerla.

¡Ah! solo puede adquirirse por internet en la página web de la editorial:http://www.isladelnaufrago.es/

8 de diciembre de 2010

Encantos (I) - La tormenta en un vaso

Tras un largo puente de lluvia, pueblo, sofá y lectura. Vuelvo a la urbe y me encuentro con la primera reseña para el "Hombre sin Gracia"; positiva, generosa y para colmo en un blog de referencia LA TORMENTA EN UN VASO . O sea, que esta vez no hay síndrome post-vacacional que valga. La cuelgo aquí para el que le apetezca leerla.





Encanto y desencanto de un hombre sin gracia, Andrés Portillo
(Isla del náufrago, Segovia, 2010)



Ignacio Sanz


Se trata de la primera novela de Andrés Portillo, nacido en Madrid en 1967. También es la primera novela que publica esta pequeña editorial cibernética que es Isla del náufrago. La leí de un tirón. Al final, casi luchando contra el sueño. Es que no podía parar. De esas veces en las que uno se siente atrapado por la trama que te empuja a seguir.El título es muy revelador. El hombre que cuenta su propia historia no está dotado de ninguna gracia especial, más bien al contrario, es uno de esos individuos que se hacen transparentes, en los que nadie repara, carente de carisma, un individuo que por momentos podría parecer estulto. No tiene un alto concepto de sí mismo. Su vida tampoco es que haya estado salpicada de grandes acontecimientos. La grisura se ha adueñado de él, pegado a una madre que quedó viuda recién casada; atrás quedó la figura de un padre que se suicidó antes de que el hijo naciera. Todo ello le arrastra a una vida monótona, ramplona en la que no ha habido ningún acontecimiento digno de tal nombre.Pero, de pronto, y ahí es donde arranca la novela escrita en primera persona: «Por aquel entonces yo era un hombre gris y sin gracia. Sin embargo, inesperadamente, la chica más guapa del baile se fijó en mí». Esa chica se llama Paula y es la protagonista de la historia junto con Camilo, el narrador.A partir de este primer párrafo el lector asiste con asombro a una historia que resulta chocante al principio, pero verosímil, porque la vida se ha encargado de aleccionarnos al respecto, una historia contada con nervio, que avanza poco a poco ante el estupor del lector que se siente cautivo de esa relación que ha comenzado en el baile entre el narrador, un hombre de cuarenta años y la muchacha espléndida y cautivadora de veintitrés. Las escenas de sexo salpican las páginas y la historia se va enredando con la presencia de personajes secundarios perfectamente dibujados, desde el ex novio de Paula, un tipo marginal y violento enganchando a las drogas, hasta Sara, su compañera de trabajo en una tienda de ropa de la calle Goya.Posiblemente la eficacia del estilo resulte decisiva. Y digo eficacia, que no brillantez. Abundan las frases cortas, casi eléctricas, así como los cambios de escenario y los diálogos especialmente convincentes cuando llegan las discusiones y los desencuentros violentos. Por supuesto que no voy a contar la trama y mucho menos el desenlace, pero el lector piensa que esta historia de arrebato y pasiones entre dos personajes tan dispares contiene el guión de una película.Todo un descubrimiento Andrés Portillo que hasta ahora, por lo que dice la pestaña, sólo había publicado un libro de cuentos y al que, tras esta entrada triunfal en la novela, deseamos mucho éxito en sus futuras entregas.