9 de febrero de 2009
SÓLO UNA NOCHE
Te vi junto a la barra del bar, CASI DESNUDA, provocadora, con esos OJOS NEGROS QUE ANUNCIABAN UNA MADRUGADA SIN LUNA.
Te mire. Durante un MINUTO puse mi ser en tus caderas y camine por tu talle. Me regalaste UNA SONRISA HUMEANTE. Yo desamarré un beso que surcó el aire turbio del local, ese mar contaminado, y atracó en tu boca.
- ¿Qué ME QUIERES, amor?, – dijiste – por diez pavos te LLEVO A LAS PUERTAS DEL CIELO.
En ese instante, hubiera deseado COMPARTIR CONTIGO LA VIDA ENTERA, pero sólo te pedí UNA NOCHE ENVUELTA EN LLAMAS.
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Me gusta más ahora. Has cammbiado el final. Prefiero éste. Sí.
ResponderEliminarEs que las prisas no son buenas
ResponderEliminarVamos por buen camino, Andrés
ResponderEliminarGracias, Baco, y bienvenido.
ResponderEliminarPrecioso, como todo lo tuyo. No dejas de mejorar y de hacerle guiños a Rivas
ResponderEliminarUn beso de Cruz
¡Cruz! ¡Qué alegria! Pon más versos en Tirarse al folio, para empaparme.
ResponderEliminarUn beso emocionado
La alegría ha sido mía al reencontrarme con tu forma de decir, ahora también en verso y encima mejorado....(aquí va un taco)¡Pero qué bien escribes!
ResponderEliminarUn abrazo