9 de marzo de 2012

Veredicto

Te delata la arena
en el rímel de los ojos
la resina terca
de cuarenta tres
venenos.
Y vas
y dices
que sólo si me rozas
remontas el abismo
que la bruma
mientras tanto,
se empeña en purgar
tus ventanas.

Te delata el mate
del carmín de los labios
los restos viscosos
de cincuenta y un
comienzos.
Qué pereza, mujer,
que pereza.
Y yo, tan inmune
Tan deliberadamente inmune
¿Te imaginas?
Que podría quererte y odiarte.
A quemarropa.
Por la espalda.

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