Te llamo Amor y
dices que soy un idiota. Así lo dices:
I-DIO-TA.
Y vomitas que
estás harta de mi voz de
membrillo. De mi pose
soplagaitas. De mis manos
blandiglú. La tienes como
los pájaros, dices. ¿Lo sabes,
gilipollas? Como los
gusanos. Como las
moscas.
Te llamo Amor. Te digo lo
siento, Amor. Y te levantas
la falda con las manos. Me enseñas tu
sexo-amapola, tu
sexo-colmillo, tu coño-atlas. Ese abismo,
Amor, ese abismo.
La tienes como
las liendres, escupes. ¿No lo ves
gilipollas? ¿no te das
cuenta?
Y yo, que no
aguanto. Que no soporto
más humillaciones. Te pregunto:
¿de qué hostias te ríes, eh, de que
hostias te ríes? Así te lo
pregunto:
¿de
qué hostias te ríes, eh?
Temblando por
dentro, Amor. Casi gritando
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